Se celebra una subasta en la que, brazo en alto y pujando con fanegas de trigo, buscan tener el honor de introducir la imagen de la Virgen en la ermita; y la sopa de los postores, el sábado siguiente al Corpus en la Plaza Mayor, en la cual se produce una auténtica batalla campal mediante bombas, cohetes, carretillas y petardos en el intento de comer las típicas sopas de ajo en la cazuela colocada al efecto en el centro de la plaza.
De Interés Turístico
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